jueves, 9 de septiembre de 2010

Situaciones extremas, medidas extremas

El acuerdo se veía fácil en el papel, pero se volvió una pesadilla al ventilarse en la prensa. El acuerdo en lo obscurito entre el “PRIAN” mediante el cual el PRI le otorgaba al PAN el incremento del IVA del 15 al 16% para el año fiscal 2010 a cambio de que AN no formará alianzas electorales con el PRD para los comicios estatales del Estado de México en el 2011 se salió de control.


La historia la conocemos todos: Gómez Mont cumplió renunciando al PAN y el desacuerdo adentro de los partidos aliancistas aún no termina, pues aunque algunos lo ven con un pragmatismo y utilitarismo que raya en lo cínico, otros de plano no están de acuerdo en aliarse con el diablo para unas cosas sí, y para otras no. El acuerdo que ventaneó a las cúpulas del PRI y del PAN quedaba sin efecto.


Al perder validez ese acuerdo, el PAN sin duda buscará aliarse con el PRD para sacar al PRI del Edomex, que es para los tricolores un bastión como lo es Guanajuato para el PAN, no sólo por el número de electores que tiene, sino por la cercanía a las elecciones generales del 2012 y por las abolladuras que presumiblemente le harán al “ungido”, Enrique Peña Nieto y al PRI en su conjunto.


Los invito a fijar la mirada un año adelante a la fecha de hoy, y a que analicemos un escenario en el que podremos ver con mayor claridad lo que está en juego en las elecciones del 2011 en el Estado de México.


Si el PRI pierde en el Estado de México contra una alianza PAN-PRD, podríamos presenciar un acto inédito en la historia de México, que sin duda sería el clímax de la polarización que vive el país en nuestros días: que la alianza ganadora metiera al bote a Enrique Peña Nieto por peculado o por cualquier otro delito que no sería difícil imputarle a cualquier gobernador o alcalde de cualquier partido, de cualquier entidad en nuestros días. Hasta ahora por civilidad, complicidad, o por miedo a que se la apliquen a sí mismo, ningún gobernador entrante ha tenido ni los pantalones ni la congruencia para actuar penalmente contra su predecesor, cuando todos sabemos que los gobernadores gastan el dinero del erario como propio y se pasan la Constitución por donde les da la gana.


Pero para derrumbar la candidatura a la Presidencia de Enrique Peña Nieto y de paso pulverizar cualquier esperanza del PRI para volver a los Pinos, bien vale la pena echarse un pleito del tamaño del que hipotéticamente les he narrado.


Por lo pronto, en un primer movimiento estratégico en el tablero de ajedrez, el PRI bajará el IVA del 16 al 15% para el próximo 2011, no en un afán de ayudarnos en nuestras finanzas y de quitar carga a las empresas, sino con toda la mala leche de quitarle al SAT unos 32 mil millones de pesos de recaudación que sin duda le moverán el piso al Gobierno Federal y que ayudará a echar a andar la campaña del candidato del PRI en el Estado de México, mostrando al PRI como una opción que “está con el pueblo, reduciendo impuestos y beneficiando su bolsillo” (el CEN del PRI me debe una lana por el eslogan).


La realidad es que el Gobierno recaudará ese faltante subiéndonos impuestos por otros lados o se endeudará, pero al final del día las cuentas le tienen que cuadrar y las pagaremos nosotros y nuestros hijos, no los partidos que ya están en con los guantes puestos y cada uno en su esquina, listos para la pelea. El campanazo oficial para el primer round será a principios del 2011, cuando el PRI nombre a su candidato a la gobernatura del Estado de México.


Créanmelo, estamos por presenciar -a escala mexicana- lo que Saddam Hussein algún día llamó “la madre de todas las guerras”. Disfruten la conmemoración del Bicentenario, pues en el 2011 aunque habrá más espectáculo –pues Televisa nos lo garantizará con las aventuras de Peña Nieto- tendremos menos que celebrar.


pesquera@gmail.com

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