jueves, 30 de septiembre de 2010

¿Creer en cuentos de Hadas?


El pasado martes por la tarde en el Teatro Manuel Doblado y en cumplimiento con lo que ordena la Ley, el alcalde de León, Ricardo Sheffield, rindió su primer informe de gobierno.


Fue una ceremonia sencilla, en lo que se refiere al montaje del evento, y masiva en cuanto a la concurrencia. Se rindieron honores a la Bandera, se entonó el Himno Nacional y en general estuvo rodeado de un ambiente de civilidad y cordialidad. No los voy a aburrir con cifras, ésas las pueden consultar en la página Web de la ciudad. Quiero presentarles en esta nota, algunas de mis apreciaciones personales sobre el informe del alcalde.


Sheffield presentó un video en el que se mostraron los planes, programas y proyectos de los cinco ejes prioritarios de su administración. El video daba énfasis a la cantidad de obra pública que está comenzando a despegar y que estará con el acelerador a fondo en el 2011.


Después del video, Ricardo dio un mensaje en el que se mostraba contento y entusiasmado por los logros de su Administración hasta el momento y animado por los proyectos que están por despegar. Es un buen orador y la ayuda de la tecnología audiovisual de la que echó mano, sin duda reforzaron su confianza detrás del micrófono y frente a un Teatro Doblado a tope.


Luego, llegó el momento de ceder el micrófono al gobernador, y agárrense. Aterrizó como Papá Noel, con una bolsa –más bien chequera- llena de regalos para la Ciudad. Me recordó a aquellos hombres que vendían mercancías en la feria de León con los altavoces a un volumen descomunal: “para la Vía Bicentenario, tantos millones; para el puente Clouthier, otros tantos; Alcalde: dame cuatro terrenos de 4 hectáreas y te pongo 4 escuelas; sobraron cinco millones del Edificio Montes de Oca, esta semana te los mando”, en fin, el gober dando y dando y su porra aplaudiendo y aplaudiendo cada que anunciaba el traspaso de millones a la Ciudad.


Lo que más llamó la atención fue la aparente cordialidad entre alcalde y gobernador, que hace todavía unos meses llevaban una relación ríspida. A pesar de la descortesía del gobernador, por tratar de ubicarse como el centro de atención y robar micrófono en un evento que no era de él, mucha gente con la que hablé genuinamente creyó que ahora –bajo el espíritu Bicentenario- habrá una nueva sociedad-alianza entre el gobierno del estado y el municipal. Ambos señalaban la necesidad de mirar al futuro y no al pasado, y en mi opinión, creo que ésta es sin duda una de las verdades absolutas del informe: ambos gobernantes están viendo también por su futuro y parece que conviene llevarla en paz.


Ricardo necesita de la chequera del gobernador para cumplir sus compromisos de campaña en la ciudad y poder aspirar a la candidatura a la gobernatura del estado en circunstancias más parejas frente al Dr. Córdova que goza, desde la perspectiva popular –no necesariamente del partido- de muy buena popularidad. No le demos más vueltas: de uno de éstos dos caballeros va a salir el bueno del lado opuesto al yunque, falta ver a los gallos del otro lado del PAN, que por ahora, se ven de pluma corta.


Por su lado, el gober necesita sin duda de León, de su gente, de sus votos y del apoyo de numerosos sectores de la población y del partido para emprender su travesía a una candidatura a la Presidencia de la República por el PAN que, según lo mucho que he leído sobre el tema y de acuerdo a gente de muy alto nivel en el PAN y en grupos empresariales, es un sueño guajiro.


Pero bueno, como vulgarmente se dice: se juntaron el hambre con las ganas de comer.


En lo personal no creo en los cuentos de hadas con final feliz, incluido el famosísimo “y vivieron felices para siempre”, pero si en el ánimo de alcanzar un objetivo personal, Ricardo y el gobernador derraman bienestar y obras en la ciudad, bienvenido sea este idilio. El beneficio de la duda y un vaso de agua, no se le niegan a nadie. El tiempo y las obras nos dirán si fuimos ingenuos, o si los cuentos de hadas sí existen.


pesquera@gmail.com

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