En un una serie de brillantes ensayos escritos en los años veinte –época de enorme miseria en España- y adelantándose por lo menos quince años a su época, José Ortega y Gasset vio con claridad las condiciones para la guerra civil, el ascenso de la extrema derecha en España y el brote del autoritarismo y del fascismo en Europa. Tuvo la visón de un panorama desolador y se le cumplió. Sin embargo, a la caída de la dictadura y después de un período de transición muy complicado, los españoles pudieron ponerse de acuerdo para sacar al país adelante. Todo gracias a un grupo de políticos-estadistas que en 1977 decidieron pactar las condiciones para sacar de la miseria a España.
La generación de españoles nacida en los setenta creció en un país pobre, pero viable, con futuro. Y lo más importante: las generaciones que están tomando y tomarán las riendas del país ahora y en unos años más, son gente que creció con actitud ganadora.
A pesar de la reciente crisis mundial, que dejará en España una tasa de desempleo de casi 20% para este año, el país sigue siendo próspero. Claro que tienen problemas, como los Canadienses, Suecos y Australianos, pero sus problemas son más o menos los que tenía López Portillo: administrar la abundancia y, sin duda, en unos años se pondrían en pie de nuevo. Desde hace unos treinta años decidieron dejar atrás a un país hundido en la miseria y el encono.
En cambio, en América Latina, de acuerdo a datos de la UNCTAD, las personas nacidas en los últimos 40 años en nuestra región no han podido en promedio superar el ingreso que tenían sus padres. Esto es una tragedia, considerando que los padres de esas generaciones también tenían un ingreso muy bajo. Pero lo verdaderamente desgarrador es que éste hecho describe la desesperanza en la que vivimos en Latinoamérica y específicamente México: esa terrible idea –o realidad- de que todo tiempo pasado fue mejor, que está presente en todos nosotros y, dolorosamente, en nuestros jóvenes.
Recientemente se publicaron datos del Gobierno Federal en los que aceptan que durante los tres años de esta Administración ha aumentado en 6 millones el número de pobres en el país, para un total de 20 millones en pobreza alimentaria. La definición de la ONU para “pobreza alimentaria” aplica para aquellas personas que viven –o sobreviven- con menos de un dólar al día, o dicho de otra manera, que literalmente están muriendo de hambre.
El Presidente Calderón perdió el pasado 5 de Julio el control sobre los tres años restantes de su Administración y se ve difícil que pueda hacer algo por esas pobres personas. Ahora nuestros destinos están en manos del Congreso y honestamente, no creo que vayamos a mejorar mucho.
De los 500 diputados que hay la Cámara Baja, si acaso 30 legisladores controlan los destinos del país y sus sueños son sobre poder y engrandecimiento personal. Los otros 470 señores y señoras están para levantar la mano cuando se los ordenen.
Hoy veo a Brasil creciendo, pujante, a Petrobras en la cima de las empresas petroleras del mundo, a Embraer como líder en el sector aeroespacial, a sus científicos orgullosos de la mayor industria de eco-combustibles en el planeta. Y Río de Janeiro como sede para los Juegos Olímpicos de 2016 es el premio a su esfuerzo. Todos fueron sueños de grandeza algún día, hoy son realidades.
Permítanme adaptar la famosa frase de Camilo José Cela, otro célebre español: no sé si estamos dormidos o durmiendo, pero lo seguro es que estamos jodidos y nos siguen jodiendo. Dulces sueños.
pesquera@gmail.com
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