jueves, 23 de septiembre de 2010

Desde la Burbuja de Cristal

El 30 de Agosto pasado, Lorenzo Zambrano, Presidente del Consejo y Director General de CEMEX dijo que quienes se iban de Monterrey “son unos cobardes”. Mediante su cuenta de Twitter también mandó un post que decía “qué vergüenza que los que más han recibido de Monterrey son los que huyen al extranjero”. Sin tanta controversia, por las mismas fechas, Carlos Slim, también dijo que él no iba a ningún lado y que los empresarios deberían de seguir invirtiendo en el país.


Éste lunes pasado el vocero de la Presidencia en materia de seguridad, Alejandro Poiré, puso como chancla a El Diario de Ciudad Juárez por preguntar al crimen organizado en un editorial qué querían de ellos para que dejaran de matar a sus empleados. El editorial está minuciosamente escrito, cada palabra en su lugar y no da lugar a toda la especulación que ha habido, simplemente lo mandan para saber qué quieren que se publique y qué no para que dejen de matar a sus reporteros y entonces “saber a qué atenernos”. Dice el editorial “hasta en la guerra hay reglas”. En esta guerra lamentablemente no las hay.


En El Provenir, Chihuahua, cerca de Ciudad Juárez, miles de familias han sido desplazadas o más bien, expulsadas de sus casas y se han cruzado a Estados Unidos o a otros estados de la República. Son imágenes que no muestran López Dóriga ni Alatorre, pero son como las que vimos en la guerra de los Balcanes o las previas a la guerra en Irak: decenas de camionetas dejando la ciudad, repletas de ropa, enseres domésticos y el tristemente célebre colchón amarrado con un mecate encima de todo. El crimen organizado ha tomado El Porvenir, ellos mandan ahí, como lo han hecho en decenas de municipios en Durango, Chihuahua, Nuevo León, Michoacán y Tamaulipas. No sé si después de que han incendiado tu casa y matado a uno de tus hijos mientras jugaba basquet, sea un acto de cobardía dejar la ciudad o meramente un acto de supervivencia. Si hubiese vivido ahí con su ejército de guaruras, tal vez el valiente señor Zambrano se hubiera quedado en El Porvenir.


¿Y por qué el señor Poiré no grita y regaña con la misma autoridad y valentía a la familia de Diego Fernández de Ceballos que en estos precisos momentos y desde Mayo no ha hecho otra cosa más que negociar con el crimen organizado? Entonces está bien que una influyente y millonaria familia le pregunte al crimen organizado qué quiere para respetar la vida de don Diego, pero no está bien que una empresa –un periódico- le pregunté a los mismos delincuentes qué quieren de ellos para que dejen de matar a sus reporteros.


Las respuestas de Zambrano y de Poiré no tienen lugar ante el grito desesperado de la gente. Cuando un séquito de guardaespaldas privados o el Estado Mayor Presidencial los protege a ellos y a sus familias, es fácil hablar de los cobardes que se van de México y de los débiles que pactan con el crimen organizado, así como también es fácil mentarle la madre a la gente de la tribuna en el estadio, desde el confort y seguridad de un palco.


El editorial del El Diario de Juárez ha sido citado en el New York Times, El País, Le Monde, El Clarín, el Times de Londres y seguramente muchos más que no he revisado. Ha dado la vuelta al mundo, mostrándonos como lo que somos: prisioneros en un país en guerra, sin la posibilidad de que un grupo de ayuda humanitaria de la ONU venga a ayudarnos. Pero lo más grave: ha mostrado la incompetencia de todos nuestros gobernantes, la disfuncionalidad del Estado Mexicano y la fragilidad de nuestra democracia y de sus instituciones.


A la burbuja de cristal de Zambrano y Poiré habría que agregar a todos los partidos políticos que ahora están más preocupados en las elecciones del 2011 y 2012, que en resolver la crisis de ingobernabilidad que hay en el país. Desde luego que hay poco que esperar de ellos: adentro de la burbuja, ni nos ven, ni nos oyen.


pesquera@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario