Hay muchas personas en el gobierno y fuera de él que quieren cambiar las cosas para que León y el Estado de Guanajuato puedan volver a gozar de la competitividad y prestigio que otrora gozaban.
En León, hay empresarios, políticos y académicos que convencidos de que el gobierno no puede solo el paquete, están dispuestos a arremangarse la camisa y a proponer proyectos para mejorar la ciudad en diferentes áreas.
Qué hacer es la pregunta. Hay una idea por ahí para construir parques industriales en las cercanías de León. La idea es buena, pero debemos entender que embarcarnos a construir parques industriales sin un proyecto multidisciplinario del concepto que queremos, es tirar el tiempo y el dinero. La parte destellante de los parques -su construcción, las máquinas y una entrada espectacular- son sólo la punta del iceberg. Pero la base que lo sustenta requiere necesariamente del apoyo del gobierno y de cantidades de dinero obscenas.
Vamos por partes. León tiene una ubicación geográfica extraordinaria, pero lamentablemente no tiene agua. A menos que se esté pensando en un parque industrial High-Tech que evoque a Bangalore en la India, cualquiera de las actividades relacionadas al sector auto-partes, agro-negocios, curtiduría, textil o la que se les ocurra que necesite agua en alguna cantidad, resulta inviable para la ciudad.
Segundo, un parque industrial como los de Querétaro o San Luis que traen multinacionales importantes funcionan gracias al binomio de gobierno y empresarios. El gobierno debe propiciar el marco jurídico y las condiciones fiscales, de seguridad, infraestructura y de inversión adecuadas para atraer grandes empresas. Los empresarios, por su parte tienen que desarrollar el proyecto, pero si la plataforma que el gobierno tiene que proveer -que justo acabo de mencionar- es débil también, el proyecto será inviable.
Para hacer parques industriales de clase mundial en León, que no requieran agua y que generen empleos bien pagados, tenemos que pensar necesariamente en un giro industrial y fisonómico de la ciudad. Necesitamos empezar por lo micro, no por lo macro. Requerimos que más jóvenes vayan a la universidad y necesitamos que estudien ingenierías y ciencias. Pero para que los niños que ahora están en primaria y secundaria que corren el riesgo de desertar porque sus padres no tienen empleo o porque lo van a perder pronto, necesitamos idear una estrategia que les permita seguir estudiando. La idea de impulsar micro-negocios en las zonas más necesitadas de la ciudad podría ser un buen comienzo. Talleres de oficios que capaciten a los padres de esos niños para que puedan tener un ingreso para que sus hijos sigan estudiando hoy y más adelante puedan ir a la universidad.
Los empresarios pueden hacer fondos de becas y torcer el brazo a las universidades para que ese dinero sólo se otorgue a quienes estudien ingenierías o ciencias. Para que un parque industrial sea exitoso, necesitamos empezar a trabajar en nuestros barrios y colonias e invertir en nuestros niños y jóvenes, no necesitamos 100 hectáreas y meter 40 máquinas a mover tierra y a pavimentar calles.
Ahora, si lo que queremos es desarrollar lotes baldíos, construir calles bonitas y edificar docenas de bodegas –que estarán previsiblemente vacías- hay que saber que eso, no es un parque industrial. Pero si la idea sigue tomando fuerza hay que pedir tierra al Gobierno Estatal, creo que ahora tienen un excedente por Salamanca.
pesquera@gmail.com
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