miércoles, 7 de diciembre de 2011

El PAN y el tiempo perdido


Estoy casi seguro que he tocado este asunto en alguna columna anterior, por lo que ahora trataré de poner el tema en el contexto actual.


Los expertos en campañas políticas tienen claros tres conceptos clave para el éxito de un candidato en la contienda interna de un partido, así como para las elecciones generales. Éstos tres conceptos son las funciones, las tareas y los recursos de la campaña.


Las funciones principales son investigación, que lleva a la obtención de información, que nos permite dibujar una estrategia para elaborar un mensaje y con esto, atraer votantes. Otras funciones son la planeación estratégica, preparación, organización y ejecución de los planes de campaña.


Las principales tareas son tres: encuentra a tu audiencia y dirige tu mensaje a ella. Con esto lograrás cautivarlos y persuadirlos, para finalmente “sacarlos a votar” el día de la elección.


La parte de los recursos es la que confunde más a los políticos inexpertos y que un buen “campaign manager” nunca debe perder de vista. Los cuatro recursos con los que cuenta un candidato son tiempo, dinero, gente y tecnología. Aunque es innegable el valor de los 4, el tiempo es el recurso más preciado, pues es la única variable fija y finita, ya que el día de la elección está marcado en el calendario. Siempre podremos conseguir más dinero, contratar más gente y voluntarios, o adquirir herramientas tecnológicas de avanzada para comunicarnos con los votantes, pero nunca podremos comprar un día, una semana o un mes más de prórroga para la elección.


Bajo ésta óptica, el tiempo se vuelve el recurso más valioso de la campaña, pues es el único del que no podemos conseguir más.


Con los tres grandes partidos enfilándose ya a la elección general de 2012, podemos ver que el PRD y el PRI han entendido que no hay minuto que perder en esta batalla.


El PAN por su parte sabe que el reloj está caminando, pero confía en que su calidad de “incumbent” o “el que ostenta el poder”, con todos los recursos que ello implica, terminará por balancear el camino aventajado por los partidos que ya han definido a su candidato a la Presidencia.


Lo que el PAN no ha calculado con cuidado, es la aparición de un mal que Daniel Shea llama “incumbentitis” o la “fiebre del que ostenta el poder”. Esta fiebre ataca a los gobernantes y partidos actuales, haciéndolos sentirse “indestructibles” (López Obrador dixit) y a confiarse en que volverán a ganar. Quienes padecen esta fiebre desestiman el desgaste natural que el partido gobernante sufre, y la tendencia de los electores a culpar a los gobiernos de los males personales que les aquejan.


Dicho esto, el PAN está inmerso en un juego muy peligroso para su permanencia en el gobierno, pues se siente seguro de los inmensos recursos que le dan el ostentar el poder, pero pierden valioso e irrecuperable tiempo, confundiendo a los electores que no ven claro cuál de sus tres pre-pre-candidatos será el o la buena para la contienda.


Veremos en éste frío mes de Diciembre si Acción Nacional se decide a elegir a su candidato(a) o si siguen tirando el tiempo, que se les está yendo al caño como agua por la manos.


pesquera@gmail.com

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