jueves, 3 de febrero de 2011

Parece que los de Top Gear y la BBC saben algo de México

Hoy escribo sabiendo de antemano que enardeceré a la violenta turba de ciber-hooligans de las redes sociales y de quienes comentan en el sótano de mi columna en la página de Milenio. Pues venga, contribuyo a manera de servicio social para que me usen de costal de box aquellos que tienen ira y frustraciones reprimidas y que se cobijan bajo el anonimato de un pseudónimo de la Internet.


Primero diré que después de haber vivido casi tres años en Londres, nunca me sentí discriminado, ofendido o agraviado por ser mexicano. Al contrario, al entrar al Reino Unido, sus agentes de migración siempre fueron amables, no como los de Estados Unidos. Toda la gente fue cordial conmigo y por mi experiencia, no hay una opinión negativa de los mexicanos en ése país.


Segundo, los mexicanos y latinoamericanos en general, somos vistos en Inglaterra como un grupo de gente alegre, divertida y claro, un poco exótica para ellos. No hay en Gran Bretaña ni en ninguna otra parte del mundo una idea del mexicano tan profundamente estigmatizada, tipificada y devaluada como la que hay –de nuevo- en Estados Unidos.


Los protagonistas del programa Top Gear de la BBC se burlaron de México y de los mexicanos en su programa del 30 de enero, diciendo que somos flojos, flatulentos y que debe ser un horror despertarse sabiendo que eres mexicano. Aunque la primera respuesta de los mexicanos ha sido de una ira incontenible, los invito a que reflexionemos al margen de las emociones, que, naturalmente, alteran y nublan nuestros juicios.


Quitando lo de las flatulencias, que es inútil defender por la dieta mexicana consistente en frijoles, chiles y tortillas en mayor o menor medida, vayamos a los otros dos supuestos agravios.


Que somos flojos. La flojera no es uno de los estereotipos con los que yo identificaría al mexicano. Antes se me vienen a la cabeza los españoles y los franceses con sus siestas, dos meses de vacaciones al año y poca disposición para el trabajo en general, por lo menos la que he observado estando de turista en esos países. La flojera del mexicano no es física ni laboral, es social e intelectual.


Somos un país de zánganos sociales. La gente se queja y se queja de todo pero muy pocos son los que hacen algo para mejorar las cosas. Muy pocas personas se meten a una ONG u organización de la sociedad civil para poner su granito de arena y mejorar al país. Si tan gordos nos caen los políticos, ¿por qué los que critican no se meten a tratar de cambiar las cosas en ellos, o en cámaras u organismos de presión? La verdad es que odiamos el status quo, pero mejor que así se quede antes que hacer algo que signifique sacrificar algo de nuestro tiempo y que nos saque de nuestra zona de confort. Siempre esperamos a que alguien haga estas cosas por nosotros y por eso ahora el país es propiedad de los partidos políticos, de dos televisoras, de un puñado de empresarios y del crimen organizado. Nos da flojera trabajar e involucrarnos para que las cosas cambien.


A la gente en general no le gusta leer, le gusta ver la tele. ¿Cómo queremos ser un país mejor, más preparado y apto para el debate y los retos de nuestros tiempos si la gente está viendo Laura en América y a Niurka? Por cierto, flojo, de acuerdo a la definición de la Real Academia de la Lengua significa perezoso, negligente, descuidado y tardo en las operaciones.


Flojo = tardo en las operaciones y negligente. ¿Acaso no somos un país reactivo más que proactivo? Queremos enmendar las cosas después de que hubo pérdidas, muertos o daños incalculables. Veamos la tragedia de la Guardería ABC en Hermosillo. Revisemos el origen de la actual guerra contra el crimen organizado. Sobretodo, veamos nuestro historial de damnificados y daños por desastres naturales. Sabiendo que cada año nos azotan huracanes y tormentas tropicales nunca hay la prevención y obras suficientes para minimizar los daños. Apenas este año, y después del desastre en Monterrey por las lluvias del 2010, hay una partida inmensa en el presupuesto federal para desastres naturales. A saber cómo se va a gastar, invertir o dilapidar ese dinero. Nunca lo sabremos.


Sobre el horror de despertar sabiendo que eres mexicano, yo no tengo elementos para decir que he vivido este sentimiento en carne propia, pero habrá que ver qué tienen que decir seis y medio millones de mexicanos indocumentados viviendo en Estados Unidos y otros veinte millones que tienen ascendencia mexicana y que sufren discriminación a pesar de ser ciudadanos americanos. Lo que sí puedo aseverar con absoluta certeza es que independientemente del orgullo o del horror que sientan por despertarse siendo mexicanos o de origen mexicano, esos compatriotas no tendrían que haberse ido del país si aquí hubiesen existido las oportunidades de trabajo para que llevaran tortillas a su casa y para que aquellos que tenían ambición, pudieran explotar su potencial en tierras mexicanas.


Después de todo, creo que los de Top Gear sí sabían algo de México y de los mexicanos.

pesquera@gmail.com

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. "Crea fama y échate a dormir". También de acuerdo en que toda generalización es mala, incluso ésta. Pero de que hay mucha verdad, la hay.

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  2. Sí, somos un país de ignorantes. Mexico atraviesa una grave crisis económica, social y política. Poco ayuda nuestro casi nulo interés en lo que realmente sucede, el servilismo inagotable (bien aleccionado por más de cinco siglos) del "México profundo" , o esa "aspiración de progresar" a costa de los demás, cuando se tiene aunque sea una ínfima dosis de poder. Somos flojos intelectuales, de corta visión, conformistas, paupérrimos, y una y mil veces, ignorantes. En lo que no estoy de acuerdo, es que tres individuos se basen en el cliché o una burda caricatura para describir al mexicano ¿O acaso toda nuestra comida "es refrita y con queso encima" o vestimos de sarape y sombrero? ¿Son esos parámetros para hacer una crítica de un automóvil, porque según entiendo, es el propósito del programa? ¿O se trata de ser el inglés del humor ácido, superior al pobre tercermundista, que osa fabricar un coche deportivo? Pienso que los comentarios estuvieron fuera de lugar, jamás escuche las características técnicas del Mastretta. Dudo que alguno de ese trío conozca de la situación en que vivimos o de nuestra idiosincracia. Es conocimiento al puro estilo gringou. Esos fulanos son ignorantes, los ingleses también pueden serlo.

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