El rector de la UNAM, José Narro, habló ayer sobre la conveniencia de refundar la República. Dijo, palabras más palabras menos, que el modelo de ahora ya no sirve. Yo vengo pensando desde hace algunos unos años en que ésa tal vez sería la única alternativa para hacer de México un país con opciones en el futuro. En mi opinión, la inviabilidad que ahora tiene México para convertirse en un país desarrollado y que ofrezca mejores condiciones de vida y oportunidades a su gente radica en la parálisis sistemática y estructural de nuestro actual sistema político.
Ése sistema político viejo y corrupto es el que crea las políticas públicas y las leyes sobre las que se desarrollan nuestros negocios, industria, salud, educación y todas nuestras actividades. El potencial de todos nosotros, de nuestras empresas e instituciones está limitado por el perímetro que dibujan esos políticos.
La analogía más sencilla que se me ocurre para explicar las limitaciones que nos impone nuestra clase política sería ver al país como una escuela primaria en la que la dirección califica anticipadamente a todos desde el 1º hasta el 6º con un 6. No es malo, si pensamos en que no reprobamos, pero es malísimo si pensamos en que ninguno de los alumnos de ese salón podrá sacar más de esa nota, así que los alumnos buenos no pueden aspirar a 9’s y a 10’s y se crean incentivos para que los que no son tan brillantes se conformen con el 6.
Como he dicho antes, podría incluso conceder que esa clase política siguiera gozando de sus prerrogativas económicas, total, que sigan ganando como ingenieros de Microsoft. Pero lo que tendrían que hacer a cambio de esos sueldazos, sería darnos la opción de sacar 7’s, 8’s, 9’s y 10’s. Actualmente la mayoría de la crema y nata de nuestra gente, ese grupo de lo mejor de lo mejor, el de los más listos, aunque trabaje con toda su inteligencia y empeño, no sacará más de 6, porque el sistema no se lo permite. Por eso en México no se crean negocios y riqueza como en otros lugares y por eso no hay historias como la de Jeff Bezos, fundador de Amazon.com, Mark Zuckerberg creador de Facebook o como Larry Page y Sergei Brin, los cerebros detrás de Google. No es que en México no exista gente tan lista como ellos, el problema es que el sistema político no ha creado las condiciones para permitirles esas oportunidades a nuestros científicos, ingenieros, hombres de negocios y académicos, entre otros.
La opción de construir una escuela nueva, con salones de primera y con nuevos estatutos sobre su operación, en la que todos los alumnos que estemos en ella podamos aspirar a sacar 10’s sería el sueño de todos los que vamos a ese colegio.
Sin embargo, el status-quo no permitirá esa nueva escuela. Perderían demasiado.
La refundación de la República es una buena idea, pero como el sistema se autoprotege contra cambios que le resten poder, no veo que una mañana despierten diputados, líderes sindicales y políticos diciendo “Hoy es un buen día para refundar al País y para ir adelante”.
Yo te invito de nuevo a que hables con tus diputados, a que les mandes un email. Ellos tienen la obligación de contestarlo. Pregúntales qué están haciendo por tu ciudad y por tu distrito y que no te salgan con que trabajaron duro para sacar el presupuesto del país y la manga del muerto. Que te digan específicamente cómo se beneficiará tu distrito de sus acciones legislativas. Si no podemos tirar el edificio viejo para construir uno nuevo, por lo menos vamos apretando las tuercas del Congreso. Yo sí creo en que algún día en los próximos años se eliminarán los plurinominales, habrá reelección legislativa y de alcaldes y que podremos ver en la cárcel a algún ex Gobernante corrupto como los abundan. Ésa, como todas las reformas de este país, será la “Refundación Light de la República”.
pesquera@gmail.com
¿Se podría pensar en una ley que obligue un mínimo de educación requerida para ser diputado o senador?
ResponderEliminarY es que con tanto ignorante en las cámaras, el panorama es de lo más desalentador.
Yo creo que sí se podría, pero hay que considerar que hay muchos distritos en el país -sobretodo en el sur- en donde hay niveles de educación muy pobres. El problema no son los ignorates, sino los demasiado vivos, que son pocos, pero muy activos.
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