No abordaré los detalles del lamentable incidente del Casino Royale en Monterrey. A una semana de la tragedia parece que ya todo se ha dicho y escrito sobre el asunto. Las más reconocidas voces y firmas, pasando por millones de twits y opiniones en las redes sociales, así como miles de personas en cientos de cafés, universidades y plazas, ya dieron un veredicto: estamos perdiendo.
Será que a falta de razones y evidencias para explicar, por enésima vez, que sí vamos ganándole al narco, al Presidente sólo le queda la elocuencia (que no es lo mismo que congruencia), así que pidió al más elocuente y aguerrido de sus secretarios que saliera a contarnos un cuento. El Secretario del Trabajo hizo una férrea defensa de lo indefendible en un artículo en un periódico de circulación nacional el pasado martes 30 de Agosto. Javier Lozano explicó con la misma elegancia con la que toca el piano, por qué la bronca de la violencia es de los estados y municipios y no de la Federación. Y yo asumo que él piensa que somos idiotas.
Al Presidente le queda una sola opción para lo que resta de su mandato: contener la crisis y dejar que el nuevo gobierno, con el aval de nuestra Democracia, le dé primeros auxilios al paciente.
Está claro que la guerra no se acabará en lo que resta de la administración actual y la contención es la única salida más o menos decente –y viable- para el Presidente y para el PAN, si es que aún tienen esperanzas de ganar la Silla en 2012. La contención consistiría en que la violencia no crezca ni en magnitud, con ataques y actos cada vez más atroces; ni en amplitud, con ataques en más zonas del país, incluyendo aquellas que aún no sufren de la violencia del crimen organizado.
El concepto de estrategias de contención fue desarrollado en los Estados Unidos para “contener” la expansión del comunismo y la amenazas que de éste emanaban. Fue concebido por el diplomático George F. Keenan y después revisado y ampliado por otros autores, como John Lewis Gaddis. Aunque los padres de la contención diplomática pensaron en éstas estrategias a nivel macro, la contención también puede ser utilizada en lo militar, a nivel micro, estos es, a los niveles operacional y táctico.
En México, la estrategia de usar fuerza sin inteligencia validada es un absurdo del gobierno. Ya lo he escrito en varios artículos: éste es un conflicto irregular y de baja intensidad, una guerrilla. Los ejércitos más poderosos del mundo han sucumbido ante las guerrillas y ahora, en México, el Presidente cree que podremos vencer con fuerza convencional, en un conflicto no convencional.
Con las elecciones de 2012 a la vuelta de la esquina y con el éxito mediático que consiguieron los criminales en Monterrey, ahora el problema subió al escenario político. Sin saberlo, las autoridades y los medios abrieron las puertas para el fenómeno del terrorismo, que aún no se diseminaba en México. Al masificar en los medios la catástrofe del Casino Royale, y al hacer luto nacional por la tragedia, la administración de Calderón le dio a los criminales más espacio en horarios “triple A” que los que las grandes refresqueras, cerveceras y el mismo gobierno tienen juntos.
Es posible que los criminales busquen más ataques de la naturaleza del Jueves 25 de Agosto para desprestigiar a la Administración de Calderón, que ante la opinión pública, ya está en la lona. Los criminales consiguieron, sin querer, notoriedad nacional e internacional. Ahora veremos -y sufriremos- cuál es la siguiente movida del gobierno.
Como la opinión pública y los expertos ya lo saben, el gobierno también debería saber que no se puede apagar fuego con fuego. Necesitamos inteligencia, colaboración a todos los niveles de gobierno, atacar el lavado de dinero y abatir la corrupción. Los balazos vienen después de todo esto. El problema es que hoy, con tantos frentes abiertos, no se puede ganar la guerra y la tranquilidad de los ciudadanos en 14 meses. Hoy por hoy, sólo se puede contener la emergencia.
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